La seguridad del hogar es uno de los aspectos en los que ponemos más énfasis a la hora de adquirir un nuevo inmueble o acometer obras de reforma en la que va a ser nuestra nueva casa. No obstante, la seguridad no solo viene dada por la puerta, sino también por la cerradura, que es la que determina cómo de fácil es abrir la puerta. A día de hoy son tan numerosas las técnicas para forzar una cerradura que no existe una cerradura al uso que proporcione un nivel de seguridad total y absoluto, pero sí dotan al hogar de un acceso reforzado. Nuestro equipo de expertos va a tratar de darte las claves para que sepas cómo comprar una cerradura de seguridad y que hagas tu elección teniendo en cuenta tanto tu presupuesto como tus necesidades.
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Una elección delicada
Es uno de los aspectos en los que más ponemos el foco y el que determina, en definitiva, cómo de seguro es nuestro hogar. Pese a que la cerradura no lo es todo, ya que esta debe ir acompañada de una puerta igualmente segura, lo cierto es que debemos saber elegir qué tipo de sistema de apertura y cierre escoger para no crear una fisura de seguridad en el acceso principal del hogar. Hay que tener en cuenta que tanto la puerta como su cerradura deben estar en sintonía: no por elegir una cerradura de última generación e instalarla en una puerta antigua vamos a incrementar la seguridad del hogar, y viceversa. Cambiando la puerta y manteniendo una cerradura antigua tampoco vamos a optimizar los resultados, por lo que debemos elegir sabiamente y saber de qué opciones disponemos con el presupuesto que tenemos.
Tipos de cerraduras de seguridad
Para gustos, colores. Hay tantos tipos de cerraduras de seguridad en el mercado que es comprensible que no sepas cuál es mejor para ti o en qué se diferencian de las demás, así que vamos a tratar de arrojar algo de luz sobre el tema.
Una de las más utilizadas es la cerradura superpuesta, que cuenta con un sistema de cierre único y cuyo sistema es tan simple como efectivo a lo largo de los años: una manivela reforzada mueve el cerrojo, que se inserta en una cavidad hecha en el marco de la puerta para anclar el cierre. Se acciona con su interruptor deslizante en ancla, uno de los más seguros durante décadas. Por desgracia, las técnicas de bumping crearon una fisura de seguridad insalvable que obligaron a crear otras cerraduras más modernas y reforzadas.
Las cerraduras embutidas han sido, junto con las superpuestas, las predominantes en gran parte de los hogares españoles. Su concepto es una evolución del primero, contando con una cerradura deslizante accionada por una manivela. En este tipo de cerraduras de seguridad, el anclaje es de mayor tamaño, por lo que aumentaba sensiblemente el nivel de protección proporcionado. Tampoco resistió la llegada de los robos con allanamiento provocados por el bumping, y su presencia se ha visto mermada con el paso de los años.
Una de las mejores soluciones propuestas para combatir los reventones en las cerraduras de seguridad han sido las cerraduras multipuntos. Su concepto se basa no solo en proporcionar un cierre en la propia cerradura que permita abrir y cerrar la puerta, sino extrapolar su sistema de cierre a toda la puerta, haciendo más difícil la entrada a terceros, y lo más importante de todo: siendo efectiva contra el temido bumping.
Su cerradura debe el nombre a su sistema de puntos ubicados a distinta altura en la cerradura, lo que dificulta su manipulación. Deben accionarse todos a la vez para abrir la puerta; de lo contrario, la cerradura apenas se inmutará. Además, al accionar la cerradura, una barra transversal recorrerá la zona superior e interior de la puerta, anclándose en la obra e impidiendo la apertura forzosa de la misma en caso de lograr reventar la cerradura, algo poco probable.
Otra buena alternativa son las cerraduras de seguridad, que ofrecen un sistema de apertura y cierre basado en las barras transversales dispuestas en horizontal y que impiden una apertura no autorizada de la puerta, aunque la cerradura se vea forzada. Se incrustan en la propia obra, manteniendo su interior seguro, y puede ser de tantos cilindros como se desee: lo más habitual es elegir una de cuatro o cinco barras, aunque las hay de hasta ocho, divididas en dos hileras de cuatro, ubicadas en la parte superior e inferior al anclaje.
La propuesta digital: cerraduras sin contacto
Si pensabas que eso del contactless era solo cosa de las tarjetas de crédito, frótate los ojos porque hay cerraduras digitales con este mecanismo de activación. Funcionan con una llave digital que apenas necesita realizar una lectura a pocos centímetros de su superficie para reconocer que se trata de una llave autorizada o no. Algunas incluso disponen de teclado numérico, omitiendo el uso de una tarjeta o cualquier soporte físico, y apostando por las claves compuestas por cifras, almohadillas y asteriscos para permitir su apertura.
Este tipo de cerraduras son, con diferencia, las más caras, y solo son compatibles con un tipo determinado de puertas acorazadas. Suelen utilizarse en hoteles, viviendas de lujo o cámaras acorazadas de instalaciones privadas, para que te hagas una idea de la seguridad que ofrecen.
Las veteranas: cerraduras gorjas y de pomo
Aunque todavía pueden encontrarse a día de hoy en multitud de hogares españoles, las cerraduras gorjas y de pomo están en desuso a causa de la escasa protección que ofrecen en comparación con las cerraduras más modernas. Las primeras cuentan con el hándicap de lo incómodas que resultan de abrir, además de disponer de unas llaves demasiado anchas, poco ergonómicas y difíciles de llevar en un bolsillo. Por su parte, las cerraduras de pomo se pueden forzar muy fácilmente, con apenas el uso de un alambre que active el sistema de cierre y permita entrar a cualquiera que sepa manejar un objeto punzante de estas características.
Si eres de los que cuenta con una cerradura de este tipo en la puerta principal de su hogar, te recomendamos encarecidamente que la sustituyas por una que te proporcione un mayor nivel de seguridad, como las multipuntos o las cerraduras de seguridad.
Cómo instalar una cerradura de seguridad
La manera de instalar una cerradura de seguridad no reviste mayor misterio en los modelos más simples, pero requieren de manos expertas para las más avanzadas. En las de antaño bastaba con atornillar la cerradura por las perforaciones correspondientes, pero ahora la instalación va mucho más allá.
Debe ser un cerrajero experto el que garantice que todos los elementos de la puerta están en perfectas condiciones, además de asegurarse de que, en el caso de las cerraduras de puntos están ancladas y sujetas para acoplar las barras transversales tanto al suelo como al techo.
Si tu situación económica es precaria y buscas un apaño que te otorgue un plus de seguridad sin tener que acometer reformas de envergadura, nuestra recomendación es que adquieras un cerrojo de seguridad que te permita añadir un nivel superior de seguridad al sistema de cierre de tu casa. Y, por si te estás preguntando cómo instalar una cerradura de seguridad por ti mismo, debes saber que los cerrojos complementarios son realmente sencillos de incorporar al sistema de cierre de la puerta principal. Estos cerrojos no requieren de una sustitución de ningún tipo, sino que actúan a modo de complemento. Son una buena manera de incrementar la seguridad del hogar, ya que pueden hacer el papel de segunda cerradura y son ideales para los hogares antiguos o que todavía están pendientes de reformar.